¿En que tiempo estamos?

Algunos me dirán, estamos en el mes de Agosto de 2010, atravesando un invierno con mucho frio, con una economía relativamente estable, esperando festejar el día del niño, etc. Pero desde la perspectiva espiritual, la pregunta que debemos hacernos es: ¿en que tiempo estamos? Dos versículos de la biblia quiero mencionar hoy para que reflexionemos sobre este tema.
Job 24:1 “Si los tiempos no se esconden del todopoderoso, ¿Por qué no los perciben quienes dicen conocerlo?”
Ester 4:14 “Porque si callas absolutamente en este tiempo, respiro y liberación vendrá de alguna otra parte para los judíos; mas tú y la casa de tu padre pereceréis. ¿Y quién sabe si para esta hora has llegado al reino?”
Estos dos versículos nos llevan a pensar sobre los tiempos en que nos toca vivir. Algunas preguntas que debemos hacernos son: ¿estamos entendiendo lo que está pasando en nuestra sociedad hoy? ¿Qué está diciendo Dios a su Iglesia hoy? ¿Cuál es el mensaje que debemos compartir?
Lo que es claro es que, este no es el tiempo de quedarnos quietos, a ver que pasa; sino todo lo contrario, más que nunca debemos buscar en la presencia de Dios su guía, du dirección, de modo que podamos discernir su voluntad, para llevar adelante y cumplir la tarea que tenemos como Iglesia.
En primer lugar, Dios está esperando que su Iglesia se levante y clame: por un avivamiento espiritual en cada creyente, que haya quebrantamiento genuino, búsqueda de santidad; como dijo David Wilkerson; “hombres y mujeres de otra clase”, o sea, hombres y mujeres que marquen la diferencia.
En segundo lugar, en estos tiempos donde la maldad está cada día en aumento, debemos levantar la bandera de Jesucristo, declarando que solamente en él hay salvación, liberación y sanidad.
En el libro de Ester, Mardoqueo le recuerda a la Reina Ester: “que si ella calla y no cumple su misión delante del Rey, Dios utilizaría a otros” (Dios tiene otros medios). Es un mensaje también para nosotros hoy, no podemos callar, es tiempo de compartir, hablar de la necesidad de volver de una vida de pecado a Dios. No es tiempo de mirar hacia adentro sino hacia fuera; nosotros ya estamos bajo la gracia y la cobertura del Rey Jesús, pero hay muchas personas clamando por un mensaje de esperanza. Es tiempo de percibir y predicar la voluntad de Dios para este tiempo. Si hemos sido bendecidos por nuestro Rey, entonces no podemos callar.

Dios te bendice.